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MI VIDA CON EL VOLUNTARIADO (Confesiones de mucho amor y algo de lo otro)

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I. Antes del 2007 la única imagen clara que tenía acerca de los grupos de voluntariado era la de las hermanitas de la caridad (y no precisamente las de Leonard Cohen, que ésas sí cobraban): generalmente señoras de bien que prodigaban la dádiva como deber cristiano. Llegado 2008 entré en contacto con el concepto y el hecho del trabajo voluntario que, para bien y para mal, ha formado parte de mi historia a partir de entonces. A mediados de ese año María del Mar Argüelles (que estuvo a punto de ser mi jefa en el programa Alas y Raíces) me invitó a tomar el Diplomado de Mediación de lectura que impartiría IBBY México a fin de integrarme a un naciente programa denominado Nosotros entre libros para la SEP . La deslumbrante oferta de obtener beca total a cambio de coordinar durante un año a un grupo de lectores en dos primarias públicas se ensombreció un momento cuando, luego de preguntar cuánto ofrecían para los lectores del equipo, me informaron que nada, que había que armar equipos de volu